En medio de un aletargado sector empresarial jalisciense que poco arriesga en nuevos proyectos, el Grupo Favier es una bocanada de aire fresco. Este joven grupo demuestra una particular audacia para invertir y tomar oportunidades de negocios que otros, por temor o por conformismo, desaprovechan…
Formado a fines de 1993 por Juan Jorge y Álvaro Favier Salcedo, dos jóvenes que regresaron a su natal Guadalajara después de haber estudiado administración de empresas en San Diego, California, el Grupo Favier tuvo su origen en una compañía de servicios inmobiliarios. A partir de esa empresa madre ha surgido una corporación, cuyos tentáculos lo mismo se extienden al área de la construcción, industria, manufactura, edición de publicaciones, asesorías de inversión, desarrollo de proveedores, restaurantes e, incluso, el tequila.
Muchos, con justa razón, se preguntarán cómo un grupo de tan corta edad ha logrado esa diversificación cuando los últimos años han sido poco propicios para invertir. La respuesta parece estar en la mancuerna formada por Juan Jorge y Álvaro, a sus escasos 28 años de edad, posee un buen “colmillo” para ir a la caza de nuevas oportunidades de negocios. En tanto que el sesudo Juan Jorge, de tan sólo 29 años, estudia la factibilidad financiera de los proyectos que su hermano le presenta para decidir si es conveniente o no tomarlos.
Aun cuando juntos han desarrollado esa visión empresarial, los Favier han tenido el tino de rodearse de gente experimentada en cada negocio que emprenden. “Sería fantasioso pensar que nosotros pudiéramos estar en diferentes empresas, saber manejarlas y tratar de hacerlas líderes en su segmento. Lo que pasa es que en todas las empresas tratamos de hacer asociaciones estratégicas”, justifica Juan Jorge.
Tanto por que ha generado los flujos para poder incursionar en otros negocios como por el peso que tiene dentro de los ingresos totales del grupo (65%), la construcción es el core bussines de Favier. Servicios Inmobiliarios Favier surgió cubriendo el área comercial, con un edificio inteligente de 18 pisos contruido para albergar las oficinas del corporativo Serfin en Guadalajara.
En esa línea, la empresa también ha realizado diversas sucursales bancarias y está por dar arranque a un edificio de oficinas de la categoría triple A, así como una torre de 20 pisos con departamentos de lujo ubicada en una de las zonas de mayor plusvalía de la ciudad.
Sin embargo, a raíz de que la crisis en 1995 semiparalizó la industria de la construcción en México, fue obligada una búsqueda de nuevos horizontes en otros países. El sitio elegido fue la costa norte del Pacífico de Costa Rica, donde los Favier compraron un terreno de 200 hectáreas a muy buen precio. Ahí, con el capital fresco de la compañía y en sociedad con algunos inversionistas “ticos” y mexicanos, a partir de enero de 1996 vienen desarrollando un magaproyecto turístico que implica una inversión por $30 millones de dólares.
Según explica Eduardo Florio Hernández, gerente de construcción de Servicios Inmobiliarios Favier, el complejo “Monte del Barco” está contemplado en varias etapas para concluir en tres años. Para entonces, contará con campo de Golf de 18 hoyos, tres hoteles, marina, terrenos para villas y un club de playa. “Tendremos una gran oportunidad porque prácticamente será el único proyecto de este tipo en Costa Rica”, asegura Álvaro Favier.
Pero además de diversificarse al área turística y abarcar la supervisión de proyectos y el arrendamiento de muebles a la medida, la compañía constructora también se ha enfocado al sector industrial. En esa área acaba de concluir una nave para Tech Group y está por arrancar el Parque Industrial Jalisco.
Con una inversión inicial de $37 millones de dólares, en el proyecto participan Servicios Inmobiliarios Favier como constructora, Bermúdez/BDI (empresa del Grupo Gutsa) en la promoción, y Sanken de México (filial de la compañía japonesa de contrucción Mitsui) como supervisor de la obra. Ubicado cerca del aeropuerto de la capital jalisciense y con una superficie de 170 hectáreas, el parque industrial contará con oficinas centrales, administración, estación de bomberos, servicios bancarios, oficina de Teléfonos de México, vivienda para trabajadores y vivienda ejecutiva. “Será -afirman sus promotores- el parque industrial más grande y moderno que se haya desarrollado en el occidente del país”.
HUEVOS EN VARIAS CANASTAS
Cuando el mercado nacional se desplomó a causa de la crisis, los Favier creyeron que otra forma de obtener oxígeno para sobrevivir sería exportar. De ahí que aceptaron la invitación de un fabricante de dulces para participar en un negocio que ellos desconocían. Sin embargo, apoyados por el experimentado industrial, han hecho de Dulce Empaques la fábrica más grande de su tipo en México.
Dulces Empaques se dedica a la elaboración y empaque de dulces en novedosas figuras plásticas, un mercado que en el medio confitero se conoce como novelty candy. Con una capacidad instalada para producir 3,000 corrugados diarios (cada uno contiene seis exhibidores con 24 piezas), la empresa vende en el exterior 90% de su producción, principalmente en Estados Unidos (a clientes como Hasbro y Cap Toys), Brasil, Alemania y Australia.
También asociados con un experto del ramo del calzado, en 1994 fundaron la Industria de Sandalias, una fábrica que manufactura calzado playero. La planta produce 5,000 pares diarios, 35% de los cuales se exportan a los vecinos países del norte, Centro y Sudamérica, así como a Europa. El resto se vende en el mercado nacional entre clientes como Calzado Canadá, Andrea, Caray, además de que ya se trabaja en crear una marca propia.
A la división industrial del grupo igualemente pertenece American Góndolas, la única empresa del país que fabrica sistemas de limpieza integral para fachadas de edificios y que, además presta el servicio de limpieza de los mismos. Entre su cartera de clientes está el edificio corporativo Serfin, los hoteles Inter-continental y Fiesta Americana en Guadalajara, mientras que en el Distrito Federal atiende al World Trade Center y al corporativo de Banamex en Santa Fe.
Ya entrados en gastos, los Favier bifurcaron sus intereses hacia otras ramas. En el restaurantero formaron Desarrolladora de Alimentos Internacionales, una compañía que opera tanto el restaurante los Habaneros (de comida yucateca) como el Crab House (con especialidades del mar). En el área editorial, manejan la revista bimestral Gente Bien y tienen participación en Página 3, firma que edita el periódico Público. En la administración de bienes inmuebles tienen participación absoluta en Country Empresarial, empresa que brinda los servicios de facturación, cobranza, contabilidad y mantenimiento. En asesorías de inversión, participan en Private Portfolio de México, casa de bolsa basada en La Jolla, California y que tiene su filial en Guadalajara.
Uno de los negocios en el que recién han incursionado es la comercialización de tequila. Haciendo sinergia con Carlos Orendain Zamudio -para la elaboración del destilado- y con Billy Moon -para el diseño del empaque y la botella- lanzaron el producto Cava Santa, que en principio será distribuido dentro del país y posteriormente en los mercados internacionales.
Más flamante todavía es Oportunidades Estratégicas de Negocios (Open), una firma que, además de dar el servicio de promoción empresarial, tiene la misión de desarrollar proveedores para los sectores estratégicos de Jalisco, empezando por el de la electrónica. Para ello, explica su director general, Eduardo Mendoza Valdés, Open realiza una evaluación profesional de proveedores potenciales para enviar a las empresas exactamente lo que necesitan. De no calificar en la evaluación, el proveedor recibe asesoría para afinar sus puntos débiles (que pueden ser ISO 9000, procesos de calidad total, estudios de mercado o planeación estratégica de negocios) y estar preparado para incrustarse en el sector que lo requiera. Ahora bien, si la parte económica es un impedimento, hay posibilidad de buscarle una coinversión o, incluso, Open puede participar con él. En ese sentido, “vamos a ser el termómetro para el Grupo Favier, para que en aquellos negocios en los que se vea una oportunidad le entremos con una participación”.
MUCHO APRIETA…
¿POCO ABARCA?
Con excepción de Servicios Inmobiliarios Favier y de Country Empresarial, que pertenecen 100% al consorcio, en el resto de las firmas se tienen distintos niveles de participación dependiendo de lo estratégicas que son para el grupo. “Lo más importante -aclara su presidente- es que todas las empresas que conforman Favier son controlados por nosotros y las otras las tenemos como inversiones corporativas”.
Como sea, ¿tiene sentido haber acumulado una larga lista de negocios e ir todavía por más? Para Álvaro sí: “Ahorita es tiempo de crecer y de tomar las oportunidades”, afirma.
La diversificación argumenta Ricardo Ruvalcaba Blanco, contador corporativo, tiene también como propósito buscar un equilibrio de los ingresos, de tal forma que, si en algún momento se ve afectada una rama, se tenga otra de dónde hechar mano.
“Los negocios -interviene Juan Jorge- los vemos a corto, mediano y largo plazo, para que nos ayuden con los flujos, evitar apalancarnos más (en 1997 los pasivos andaban en $71.8 millones de pesos) y tener contentos a los socios.”
A juzgar por los resultados, la estrategia ha funcionado, pues el grupo obtuvo un ingreso en 1997 por $156.3 millones de pesos (más de 50% fueron divisas por concepto de exportaciones) con una utilidad neta de $20 millones de pesos. Para este año, el mandamás de Favier pronostica un crecimiento de las ventas de 15 a 20% y un incremento de las utilidades de 12 a 15%.
Conocedor del grupo desde sus orígenes, Pablo Lemus, presidente de la Comisión de Jóvenes Empresarios de la Coparmex Jalisco, aprueba en todo las estrategias de Favier. “No creo que se estén diversificando sin sentido; lo están meditando y tienen una planeación por objetivos de cómo ir creciendo. Es el momento de capitalizar las oportunidades”.
Y en el mismo tenor opina Luis Barragán, miembro de Young President Organization, capítulo Guadalajara: “Como es un grupo que ascenso, la única manera de saber si un negocio es rentable es arriesgándole. Quizá, con el paso del tiempo, ya verán cuál área les resulta más rentable y sobre esa se enfocarán. Pero ahora el que no arriesga no gana”.
Por la forma tan agresiva en que los Favier arriesgan su capital, y que en mucho contrasta con lo timoratos que se han visto otros empresarios de la localidad, los dos entrevistados anteriores no titubean en calificarlos como un “ejemplo” a seguir.
De cualquier forma, Juan Jorge Favier percibe que el momento de la consolidación ha llegado. Para ello, detalla, se planea manejar este mismo año un proyecto piloto que consiste en consolidar todas las compañías del área industrial dentro de una holding, la cual se metería al mercado intermedio en Estados Unidos para que como empresa pública corra por sí sola. Si este proyecto funciona, se haría lo mismo con las firmas de la división comercial y, por último, con las del área de la construcción.
“Lo que sería imposible de pensar es que se pudiera crecer y crecer, por que al rato sería un descontrol de todo”, trata de explicar Juan Jorge.
Dicho de otro modo, es cierto que el que mucho aprieta.